Uno de los sectores que producen mas consumo de energía es la edificación, tanto en su construcción como en el hecho de su uso. Pensemos que solo en las viviendas y comercios se gasta más del 25% de la energía consumida en el país. Y la mayoría de este gasto se produce en calefacción y acondicionamiento del interior de los edificios.
El parque de vivienda de Cádiz tiene una media de edad que supera los 40 años. Son edificios que en general fueron proyectados partiendo de unas exigencias constructivas y materiales que han sido superadas, muchos de ellos presentan problemas de accesibilidad, seguridad y un mal estado de conservación y prácticamente todos presentan importantes déficit energéticos.
Una de las consecuencias menos trágicas de la explosión de la burbuja inmobiliaria es la tendencia actual en todo el país hacia la rehabilitación de lo construido. No queda otra. Recuerdo que en el programa electoral del 2011 los socialistas llevábamos una propuesta innovadora: La intervención global sobre el patrimonio construido de la ciudad sobre los principios de sostenibilidad y habitabilidad. Una rehabilitación integral mixta publico privada, con inversión municipal y que podría contar con ayudas europeas, estatales y autonómicas, que aunque reducidas en la actualidad siguen existiendo en este sector. Junto a la intervención, en la medida de sus posibilidades, de los vecinos que con la rehabilitación verían rebajadas sus facturas de electricidad.
En definitiva, un plan que significaría la creación de puestos de trabajo y revitalizar el empleo en la construcción, tan mermado en nuestra ciudad.
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